Sí.
Es sábado, salió el sol y sin embargo estoy con problemas: el clásico rioplatense -de fútbol-, que me afecta sin escrúpulos aunque nací en el medio de la pampa húmeda y a 500 kilometros de ese río.
Apasionada como soy se me hace díficil, y a pesar de los chistecitos tontos del tipo: "Ay Diego, qué Lío" aludiendo a los delanteros de uno y otro equipo: Forlán y Messi, mi corazón no se debate nada,.
Mi corazón es tan politicamente incorrecto que esta pintadito albiceleste desde que me desperté esta mañana, esperando abrir la ventana para poder gritar ese gol que ensordezca a un vecindario celestísimo.
Mi corazón extraña el maíz inflado (pururú salado) que hacía mi mamá cada vez que jugaba la selección cuando yo era chiquita y ya me gustaba mirar los partidos de fútbol.
Por eso, aunque no haya pururú salado, y mi living durante 90m sea un campo minado, yo ahora digo:
Vamo´ vamo´Argentina
vamo´ vamo´ ganarque esta barra bullanguera
no te deja no te deja de alentar
ya sé que el cantito es una antigüedad, no importa, yo ya estoy sintiendo el gustito del pururú cuando cante el primer gol esta tardecita, y eso me pone contenta.