31 dic 2010

Cierre de año

Yo qué sé.
Me enseñaron -realmente no sé por qué, no hacía falta y además nunca lo aprendí- que las cosas se cierran. 
Las puertas, las ventanas, los pantalones, las blusas deben cerrarse. 
Los años también. Por eso esta entrada. 

Como soy rebelde, un poco nomás, nunca lo suficiente, y como no creo en los cierres herméticos (lean las estadísticas de violaciones a la propiedad privada y se darán cuenta) me rebelo conmigo misma y escribo una entrada que tiene como tema justamente aquello de lo que reniego: el cierre del año.

Lindo el 2010. 
Ascendí en el trabajo y -como no podía ser de otra manera- sigo arrastrando algunos lastres (no termino algo que empecé hace varios años y que me había prometido terminar este año, por suerte no es mi matrimonio, ése con sus altos y sus bajos sigue en competencia, já).

Pero así y todo este año fue una montaña rusa de sensaciones. 
Hubo ocasiones en las que que me sentí capaz de comerme el mundo de un sólo mordisco y otras en las que literalmente una miguita  de pan me atrangantó de tal manera que sentí que no iba ser capaz de respirar.

Por suerte -o por una mezcla con cucaracha que debo tener- siempre me repongo, me rearmo, me reinvento, me "re" hasta el hartazgo, y eso está bueno. 

En el 2010 también me hice Lectora, siempre lo fui por deformación profesional, sólo que este año me tomé el trabajo un poco más en serio y como soy una descocada además me atreví a mostrar aquello que la lectura me generó con el paso de los años: este blog, por ejemplo. Están en su derecho de pensar ¡qué poco! (se las serví en bandeja, je) 

Pero bué, una hace lo que puede.

Por último, entre seria y divertida, me digo: 
- yo no lo cierro nada a este año;  siempre es mejor andar escotada ¿no? especialmente para que la llegada del 2011 nos pegue directo en el medio del pecho y nos revuelva un poquito las certezas, nos obligue a repensar/nos y nos haga un poco más felices a todos.

Feliz año!



27 dic 2010

Grosse Blank Point: promoción `86

La reunión anual.
Terquedad militante que nos obliga a vernos las caras cada año.

24 años después. 
¿Qué decir? 

Honestidad brutal.  Estamos viejos.
Lo sé, soy una amarga, pero como anoche lo declamé cuando empezaron a planificar la reunión del año entrante, ahora corroboro:   V I E J O S.  Repetitivos, además.

-Viejitos pero divertidos,  acotará el optimista de turno.
-Sí, tal vez, pero eso no te rejuvenece, ¿o.k?

Empiezo de nuevo. 

No todo es tan oscuro, ni todo está tan mal. 
Me gusta encontrarme con los compañeros de la adolescencia y darme cuenta de que a pesar de que estamos viejos -no sé si les quedó claro- cada uno sigue cumpliendo con la parte de la obra que le toca  actuar.
Y todos -cómplices- dejamos que cada uno haga lo que mejor sabía hacer hace un cuarto de siglo atrás, aunque ya está pasado de moda, o nadie recuerde esa anécdota que por enésima vez algún memorioso insiste en narrar. 

Eso sí, "las lobizonas" de la promoción, nunca aparecen -son una suerte de mito, se transformaron a posteriori- y las que estamos tenemos preocupaciones más mundanas que ir al gimnasio a diario. 

Por eso fue al unísono el NOOOOOOO de las féminas reunidas anoche cuando algún compañero medio trasnochado pensó como una buena idea que la del año que viene fuese un asado con pileta en la quinta a la que íbamos cada vez que queríamos matar el calor abrasador del verano de la pampa húmeda... 24 años atrás!!!!!!


25 dic 2010

La Navidad

Acá estoy. Acalorada, exhausta pero llena de panettone y nueces acarameladas. 

Es que la navidad vino para recordarnos que todo lo que no compramos ayer mejor ni soñemos con que lo conseguiremos ahora. Cerrado a cal y canto. Todo. Parece el lejano oeste, y eso que estamos bien al este.

En fin, mucho bullicio a la noche, estrépitosos fuegos de artificio -en el pueblo ha habido un incremento paulatino de la parafernalia pirotécnica- que iluminaron el cielo haciéndole competencia a una luna lunera del tamaño de un queso. La muy ladina estaba toda engalanada y era una joya pendiendo de un cielo renegrido y calmo. 

Algarabía infantil, algún que otro excedido en copas y -como no podía ser de otro modo- tras tres amagues de brindis finalmente se hizo la navidad en la mesa familiar. 

Y allí sí que comenzó el jaleo, pero del bueno. Niños que cruzan raudos toda la casa para encontrar debajo del pino el regalo que Papá Noel o el Niño Dios (depende de cuál marketing haya tenido más éxito) les ha dejado. Confusiones de paquetes, llantos, gritos incluído un: Qué feo, no me gusta! 

Explicaciones poco creíbles de las vueltas de Papá Noel por el vecindario y hasta un Papa Noel motorizado en la casa de enfrente, llegando tarde -para nuestros horarios- a repartirles los regalos a los vecinitos. 

De todas maneras, a pesar de la confusión, de las quejas, de los gritos (somos gritones, que le vamos a hacer) navidad aunque no me gusta, me divierte mucho.

Pero sobre todo me permite tener un paneo del estado general de la familia (exclusivamente estético, aclaro) lo que hace que me consuele pensando -cada vez que me llevo un pedacito de turrón a la boca- que en comparación con el resto, yo, tan gorda, no estoy!!!!


21 dic 2010

Do the opposite

Y sí, tendremos que probar. 
Haciendo fuerza por mantener la frente en alto e intentando no flaquear haremos lo contrario de lo que queremos para ver si así tenemos más suerte y conseguimos -si no todo, al menos algo- de todo aquello que anhelamos.

Oh no, apareció el "Otro yo del Dr. Merengue" y acá estamos hablando en plural (podría insistir con lo del mayestático, pero a esta altura ¿a quién quiero engañar? hablo en plural porque estoy un poco loca y otra en mí que no soy yo me habita). 

De todos modos, conviene aclarar que también hago un uso excesivo del discurso irónico para conmigo, es que nunca se sabe y algún lector malintencionado podría inferir que efectivamente estoy loca y eso no me conviene, al menos si quiero mantener mi trabajo.

En definitiva la cuestión es que ultimamente me estoy divirtiendo bastante, a veces me admiro por mi valentía pero las más -confieso- me avergüenzo un poco de mi temeridad aunque siguiendo en la línea de GH (ahora que ha vuelto con todo) valiente o temeraria finalizando el 2010 la alegría en la balanza tiene más peso que la tristeza.

Este ha sido un año intenso y muy movido, y aunque a veces quise que se pasara pronto, si miro por el retrovisor (me encanta manejar por eso la metáfora automovilística) me pasaron cosas buenas, desde compartir un mes hermoso con amigos que hacía mucho que no veía, alcanzar a conocer a una bebé preciosa que tuvo la gentileza de salirse de la panza antes de que yo regresara, hasta ver con asombro como una niña que resulta que es mi ahijada se está convirtiendo en una adolescente hermosa y decidida, inteligente además (como no podía ser de otra manera).

En lo laboral fue ajetreado pero productivo y en lo personal ¿qué más puedo agregar a "la sarasa" constante que hago por acá, no?

Además ni yo me creo la constancia de haber mantenido esto por casi un año y mucho menos de hacerlo público... es que a juzgar por las apariencias las crisis y las correntadas más que llevarme a cualquier parte me quitaron los últimos diques de contención que me quedaban... y a juzgar también -valga la redundancia- por los resultados Viva la Vida diría Coldplay que falta poco para el 2011 y como quiero que me agarre con pilas y bronceada la corto por acá porque me voy a leer el horóscopo de la Ludovica al lado de mi pileta/piscina de plástico, inflable y recién estrenada, já.



19 dic 2010

Les Parapluies de Cherbourg o de cómo me pone la lluvia.

Ay. Empezó a llover. 
Y la lluvia me pone tonta. 

Clarifico: mi nivel de tontería aumenta con el agua -como pasa con esos potajes mágicos que con un chorrito de agua se convierten en comida y de los que soy adicta, ya sean sopas o purés (postrecitos incluidos) -. Es decir que hoy mi tontez está -casi- escapándose del pluviómetro, puesto que hablamos de lluvia que sea éste el aparato medidor ¿no?

No sé si el haber vivido en un lugar donde llueve nueve meses al año afecta en algo mi estado en relación a la lluvia, pero la grisura del cielo, el color plomizo detrás de la ventana, los vidrios con "gotitas"  tienen ese "no se qué" que en mi caso significa tonta, tonta, tonta.

Estamos en el horno,como dicen por acá. 

Me pongo peligrosamente nostálgica, muy cursi con notas kitsch o camp o berreta...que se yó, a esta altura sólo sé que quiero ver películas que me hagan llorar y escuchar música que me haga emocionar (hablo de esa emoción medio berreta también, esa que te emociona superficialmente, como cuando andás caminando y ves a la viejas pararse a mirar un perro y se llenan de ternura pero al indigente que tienen enfrente no le dan ni pelota) no se si me entienden la idea, si sí mejor, si no se joden...

ah! no les dije, la lluvia también me malhumora un poco, je.


14 dic 2010

Reality Bites

La realidad muerde, y fuerte. 

Estamos a fin de año y los balances nos acechan. Y mirar para atrás -y no por el espejo retrovisor- no suele ser un ejercicio relajante. 
Esta época nunca es sencilla -al menos para mí nunca lo fue- y eso que soy de las que se quedan más que conforme con un empate -siempre fui gasolera en los deseos, je-.

Sin embargo, cuando empieza la fiebre de los informes y una es arrastrada a "sopesar logros" quedan cosas en el tintero ¿o debo decir en el disco rígido? que ni siquiera estaban en el radar cuando se pensaron las resoluciones del año anterior -en lo personal especialmente-.

No se bien por qué, pero cuando arranco con lo laboral siempre termino evadiéndome hacia el plano personal y por culpa de ser una "procastinadora contumaz" me empantano pensando cosas que poco o nada tienen que ver con lo que tengo que informar. 

Es decir que por vaga, termino enroscada en unos laberintos reflexivos que me frustan, mejor dicho, me enojan bastante.  Y enojada no soy muy productiva,  por eso es que termino paralizada echándole la culpa al fin de año. Y por lo anterior, no sólo no hago lo que tengo que hacer sino que además me amargo por cosas que ni siquiera pensaba me iban a preocupar! 

Pero no todo es oscuridad y como soy una mujer optimista (o cándida) aunque me derrita el calor y me coman los mosquitos, el verano está cerca y las vacaciones también, por eso puedo posponer los balances para cuando esté tirada en una reposera frente al mar, que allí seguro seguro no me voy a enroscar pensando nada, más bien todo lo contrario, me dedicaré con todas mis fuerzas a no pensar, porque en definitiva eso es lo que se espera de nosotras ¿no?



13 dic 2010

All that jazz

Sí, así y no alcanza. Es como si este final de tiempo (tomemos al año como un partido de fútbol donde el segundo semestre sería el tiempo complementario) durara más de lo debido, o no. No sé. ¿Se dieron cuenta? Está terminando el tiempo de juego y yo nunca sé nada. No sé y lo peor es que no quiero saber tampoco.

8 dic 2010

Hit me, if you can

Y sí che, si querés pegarme, pegá, de ahí a que des en el blanco que se yo... o mejor dicho: yo que sé! 
Es que si alguno me hubiera avisado que la cuarta década iba a llegar pletórica de conflictos laborales, te juro, yo la hubiese esquivado. 

Es que me cansa un poco tener que aguantar los tiros por elevación en guerras de las que no formo parte o acaso sólo sea un peón, porque ni a yegua llego -allí hasta los veiti pocos, después, ná-.

Hoy tuve un día de mierda -lo salvó un chapuzón en la piscina y alguna que otra sonrisa arrancada a la decepción-. 

Simple: lo empecé con la autoestima baja y lo terminé con la autoestima enterrada, y la verdad es que esta vuelta la parte estética poco o nada tuvo que ver con la sensación. 

Lo único bueno, es que me endilgan que soy "anti quejas" a mí que soy la reina del reclamo!

En el medio del despelote leer eso (todo fue bien contemporáneo y a pesar de que estamos oficinas mediante los cruces fueron cibernéticos, ja) repito, leer que yo no estoy a favor de la queja me dejó claro dos cuestiones: 
a) que debo ser una excelente actriz, porque me vivo quejando de todo pero así y todo doy "antiqueja" y b) que nunca termina uno de sorprenderse de los efectos "retóricos" que provoca en la gente.

Decí que por suerte ya llegan las vacaciones y entonces no habrá nada que un buen bronceado y un par de anteojos de sol no puedan solucionar, o al menos, ocultar! ja.


4 dic 2010

Nos vamos poniendo tecnos

Ok. Es sábado y me estoy preparando para una fiesta, no es poco. Es un cumpleaños. Me voy de joda a un cumple... de 50!!!!!!!!!!!! 
¿Cuándo me pasó esto? ¿Cuándo la vida se me pasó sin que me diera cuenta y de los cumple de 15 pasé de golpe a las fiestas de los de 50????? 

Es que ni casamientos tuve! De mis amigas -tan modernas todas- ninguna se casó, la única anticuada fui yo! Es más, si lo pienso mucho llego a la conclusión que también me casé por rebeldía...como se usaba tanto esto de "convivir" a mí se me ocurrió el casamiento, já.

Pero estaba hablando de que salía de joda a un cumple de 50 y para completar el cuadro... estoy con ataque de ciática, es que viajo toda "destartalada" y "el nervio" después me pasa factura. Pero voy a ser menos mala conmigo misma y confesar que lo del nervio ciático no es por la edad, mi primer ataque fue a los 19 años, así que tampoco me voy a flagelar gratis ¿no? demasiado con que la fiesta de esta noche ...es de 50! 

Mientras me preparo pienso: ¿que se festeja a los 50? ¿que todavía uno tiene memoria? ¿que gracias al avance de las cremas e hilos dentales todavía mastica con todos los dientes? ¿que como existen las tinturas las canas -si es que todavía se cuenta con pelos en la cabeza- no se notan? En fin, tampoco voy a aguarme un divertimento... de 50 o de 100 es una fiesta al fin, y estas ultimamente no abundan, o no me invitan..mejor no pienso, envidio. Sí,  envidio con todas las vísceras el espíritu joven de este amigo que ha decidido festejar sus 50 y lo que no es menor, invitarme! 

Gracias che, y felíz cumple!



29 nov 2010

run Lola run

Me acuerdo de cuando vi esta peli.

Me hizo pensar en que estaba allí en ese cine viendo esa película por una serie ininterrumpida e interminable de hechos fortuitos.

Casualidades para ser más exactos. 

Además, como soy pura adrenalina, casi nunca reflexiono demasiado antes de tomar una decisión. 
Por eso, que hoy esté aquí escribiendo esto tiene más que ver con un: -má sí! total, qué tanto!!! que con una evaluación concienzuda de mi futuro personal o laboral tomada ya hace más de una década atrás cuando decidí quemar las naves y cortar amarras con todo aquello que me daba una seguridad cómoda y confortable...

Y la verdad sea dicha, aunque a veces me ponga insoportable con la nostalgia o "chinchuda" con el lugar en el que estoy, no me arrepiento ni un poco. 

Es que gracias a esos arranques de intuición -vos sólo contás las que acertás, me dice adusto siempre mi marido, tan uruguayo, él-  es que en el camino que emprendí la casualidad quiso que conociera a gente linda de tantos lados que no se me hubiera ocurrido jamás, y que viera lugares que ni siquiera sabía que existían -siempre fui muy mala en geografía- y me interesara por cosas que nunca supuse que me iban a interesar.

Y que comiera comidas exóticas y desarrollara un gusto por el picante extremandamente peligroso -prefiero no detallar, ja- .

O que la uruguayidad con la que tanto peleo me tome por sorpresa cada mañana cuando me preparo el mate amargo y me emocione con cada gol de Forlán -es que tiene una novia argentina-.

Pero ahora que releo, en esta entrada no iba a escribir de las decisiones vitales ni nada que se le parezca, iba a escribir del vértigo que nos agarra a todos cuando llega fin de año y empezamos a correr para dejar todo arregladito antes de las vacaciones y el verano. 

Pero ya ven, como no puedo con mi genio ni cuando me siento a teclear, el tópico cambió sin aviso. 

Eso sí, yo sigo corriendo y preparando informes, que para eso están noviembre y diciembre -esto fue tan solo una digresión-.
Salú.



23 nov 2010

Bo...soy bló

La que me faltaba. Cuarentona, en crisis y "bloguera comunitaria" -es que lo comunitario siempre me atravesó, soy una chica de pueblo, al fin y al cabo-.
Sí. Me uní a la comunidad blogger del Uruguay. Y acá estoy, viendo azorada cómo mis límites se van cayendo de a uno.

No señor, ya no tengo pudor. 

Ay dios ¿que diría mi madre? a ver...puedo ensayar una posible respuesta: - "vos no tenés vergüenza" o mejor esta otra: - "y de alguien poco serio como vos no se puede esperar otra cosa" aunque tal vez y no sin asombro de mi parte (por la contradicción implícita) también podría decir: -¿y vos?  ¿cuándo vas a crecer, nena? 

Y la verdad es que no sé. No sé cuando voy a crecer, tampoco sé si quiero crecer -no nos olvidemos que todo el rollo es porque me estoy poniendo vieja-

Sin embargo, lo que sí sé, es que voy a tener que empezar a poner un coto a esta sed por "desanonimarme" que me agarró.

No puedo andar por la vida tan "orondamente desanonimada" porque más allá de que acá ando medio de incógnita, andar ventilando así como así mis pequeñas catarsis cotidianas no es bueno ¿no? ¿o sí? bah, mejor no me complico, porque total ¡yo qué sé!


19 nov 2010

Being John Malcovich

Hoy todo esta mal. O todo esta bien. No me decido, pero como ambos son extremos en definitiva es lo mismo. 

Estoy bloqueada. Soy Cuba y me siento así, aislada. 

Soy una isla rodeada de cayos, por suerte así con Y griega (sigo siendo rebelde) y no con ll, aunque callada debería quedarme más seguido, así no sufriría tanto la incomunicación y evitaría de este modo la excomunión. 

 ¡Imagínate tú! Soy una isla bloqueada en un mar de transparencias, y duele: por más que quiero sólo me encuentro con la imagen de mi propia distorsión. 

Eso me pasa por exagerada y por apasionada o será ¿por tarada?

16 nov 2010

I am pleasant!

Filosa. Así estoy. 
Así me siento: filosa, seca, cortante. Miro fijo y parto en dos. Bah, no tanto... a lo mejor -si me esfuerzo, capaz que asusto- no mucho de todos modos. Adivinaron, sí. Estoy en "esos días" donde mis hormonas revoltosas danzan al son de una música disonante y aguda, particularmente aguda.

Me da mucha rabia el malhumor, pero mucha. Es decir, que además de filosa hoy estoy rabiosamente malhumorada o malhumorada rabiosa o con rabia, o perra. No sé, no sé. 

Por suerte mañana me invitaron a una presentación cosmética, así que será "rabia con barniz" la de mañana. Menos mal, porque sino a los potajes humectantes y rejuvenecedores no hubiera habido quien se anime a desparramármelos por el "cutis".

Nota al margen: ¿Por qué las "cosmiatras" siempre dicen "cutis"?¿Será deformación profesional? Porque la gente de a pie dice "tengo arrugas en la cara" no "se me arrugó el cutis". Es más, las peluqueras menos deformadas profesionalmente dicen "pelo" no "cabello" y siempre se lee  en los carteles de anuncios "corte de pelo" o "corte" a secas, pero nunca "corte de cabello" pero en cambio las cosmiatras dicen "limpieza de cutis"  always ¿será que ese gremio es más fino que el de los "coiffeurs"? La verdad, nunca lo había pensado así... capaz que sí.

De todos modos, a pesar de la digresión, sigo de malhumor y filosa, por eso mejor hoy de casa no salgo, porque en una de esas me cruzo con una cosmiatra y le grito: -Andá! Qué te hacés la pituca vos, si sos del barrio!!! y me mirará con la misma cara de la mina del cuento ese cuando le abrió la puerta al tipo al que se le había pinchado la goma del auto y no tenía gato hidráulico  (y si no conocen el cuento, pregunten, porque está muy bueno).





13 nov 2010

Excesos

¿Se dieron cuenta de que los excesos van variando con el paso del tiempo? Por no escribir con el paso de las décadas -eso queda muy fuerte para una mina en crisis etaria como yo-. Es que lo que constituye un exceso depende de la etapa de la vida en la que andamos. ¿Cómo es esto? Simple, en la infancia, por ejemplo, el exceso varía de acuerdo a la valentía para hacer la travesura: escaparte una siesta de verano a la calle sin permiso o comerte un frasco entero de dulce de leche a cucharadas, también a la hora de la siesta -la más propensa para cometer excesos-.

En la adolescencia, en cambio, va del baile sin descanso en una fiesta de quince a un beso de cinco minutos que te deja sin aire en el porche de tu casa con el chico que "te pidió arreglo" hace dos meses cuando te fue a esperar a la salida del "cole". 

En la primera juventud (ya estás en "la facu") el exceso está emparentado de una manera fuerte y decisiva con lo experimental (tu vida es un inmenso laboratorio en el que te la pasas experimentando cualquier disparate) como verán no detallo, es que hice algunas cosas de las que francamente me avergüenzo -no se ilusionen, la vergüenza viene más por el costado patético que por otra cosa más guay-.

La etapa siguiente sería la que clasifico (soy maniática haciendo listas, McCarthy se hubiera ufanado de mí si me hubiese tenido de secretaria, je) como "postfacultad" y empezaría a los 24-25 y que es cuando te das cuenta de que algún rumbo tenés que tomar y empezás a "regular" los excesos sin darte cuenta. Empiezan a tener una agenda. En la etapa anterior sucedían a cualquier hora y en cualquier parte, ahora sólo son los fines de semana -salteados-.

Y así ya vas viendo cómo tu vida de excesos se va enflaqueciendo de manera paulatina e inversamente proporcional a las responsabilidades que vas asumiendo, y tus excesos ya no son excesos sino más bien carnavales en ese sentido medieval que te permite escapar por un rato de esa rutina a la que sin darte cuenta empezás a encadenarte contra tu propia voluntad.

Pero esto es sólo el comienzo - no llegamos ni a los 30, y todos saben que esta crisis es de los 40- de una vida excedida y en ocasiones -por qué no, también- excedente.

Es que como casi todo lo que hago -así sin darme cuenta-  en este sencillo pero emotivo acto,  inauguro la zaga del folletín "que no está de moda" por lo que no resta más que decir CONTINUARÁ....


10 nov 2010

Incurable

"-La vejez no se cura." y las palabras se enfilan simulando un garrote que dará un golpe seco en la nuca (mi nuca, auch!)  dicho en porteño -además- y a los gritos en la mesa de atrás mientras almuerzo.
Ay mi dios ¿por qué me persiguen las alusiones a la decrepitud adonde quiera que vaya? 

Nunca mejor sintetizado: con la vejez no se juega porque esa no se cura. 

Si a eso yo ya lo sé ¿por qué los hados se empeñan en recordármelo -en sonido estereofónico y a través del chirrido de una vieja que es porteña, además-??

En fin, no pude menos que reirme, especialmente estando sentada enfrente de un amigo al que hacía diez años que no veía y quien -a pesar de que yo me había deshecho en halagos del tipo: "pero qué bien que te sienta la edad, estas mejor que una década atrás, etc..."- no se dignó a decirme -siquiera una sola vez- que yo también estaba igual!!!!! (el consuelo es -al menos- saber que mantengo la misma estampa, porque de lejos cuando nos encontramos me levantó la mano, en señal de reconocimiento).

Más allá de los chistes propios entre dos amigos que se conocieron mucho y que el tiempo y las distancias  separaron, es bueno saber que la conexión persiste y que te divertís tanto o más que antes (por no decir "ayer" que suena a tango del tipo "las nieves del tiempo platearon (tu) sien" porque la mía seguro que no) con esas personas que no ves seguido pero que supieron hacerse un lugarcito entre tus afectos, y eso reconforta. 

Porque a pesar de que ni me dijo que estaba igual y que me he descubierto mentirosa con la película que yo me cuento de mi pasado "-sos una negadora" me dijo entre carcajadas, cuando le juraba que no recordaba algunos episodios de mi juventud-. 

Verlo me hizo bien, son de esas cosas que rejuvenecen porque la vejez no se curará, pero que el alma se sana, siempre se sana (al menos mientras se tengan las facultades no tan alteradas como para reconocer que los afectos genuinos siempre te alimentan y si te hacen reír mucho, mejor).

6 nov 2010

No pasarán

No. No pasarán los malos pensamientos. 
No pasarán los negros nubarrones enfrente de mi ventana. No. 

Porque se habrán ido los acentos/tildes pero no la militancia antidepresión.
Ninguna pastillita de esas con X -¿por qué todos los nombres de "esos" medicamentos tienen una  X por algún lado?- logrará siquiera un atisbo de todo el optimismo voluntaristamente antibajón que me impuse este fin de semana (soy de las que nunca gastó un peso en automedicarse y entonces ahorro para las tiendas de ropa que en definitiva tienen el mismo efecto en mí, o parecido). 

Y si "no pasarán" es porque estoy apasionada y con pasión es como logro encarar cada mañana. Pasionaria me tomo el café -y discuto acerca de si es mejor el colombiano o el de Cuba, todavía con el aroma del grano recién molido en las narinas-, jugando con las miguitas del pan tostado desparramadas en la madera oscura del desayunador sobre la que pegan los rayitos de sol que se cuelan por las ramitas del ciprés que está enfrente de la ventana.

Apasionada también es como descubro que hoy cantaron dos pajaritos nuevos en el patio (y si me doy cuenta no es porque me guste la ornitología sino sólo porque tengo buen oído y hay dos trinos diferentes a los de ayer).  Más tarde tomo las tijeras de podar -apasionadamente- y arremeto contra esa planta de la que nunca me acuerdo el nombre pero que crece con la misma avidez que mi pasión por apasionarme para apasionada olvidarme de lo que a veces la pasión me deja como una herencia oscurita y demandona.

Y mientras me seco -con el brazo, tengo los guantes puestos no vaya a ser cosa que se me arruinen las uñas- las gotitas que tan jardinera pasión hizo brotar en mi frente, tarareo aquella canción que cuando era joven y revolucionaria me hacía sentir que era posible cambiar las cosas. Aquel tiempo en el que iba a cuanto acto, marcha y/o manifestación hubiera, jurándome con solemnidad que yo nunca me quedaría pegada al conformismo -cómodo y pequeño burgués- al que todos los de más de 30 se abrazaban -según una juvenil yo- con tanta pasión. 

Y a pesar de que los años pasan y la vida no es ni tan blanca ni tan negra me doy cuenta de que sigo tan apasionadamente pasionaria como antes, a pesar de que ya me fundí hace rato en ese abrazo "pequebú". Eso sí  -y como para ir cerrando-: burguesita quizá, conforme jamás. 


3 nov 2010

Inventora

Y una vez me inventé un deseo.
Y otra vez ese deseo sirvió para movilizar. Y después creció, y pareció que el invento era de veras. Y más tarde fue como que me tragaba, y un cachito después como que me escupía.
En el medio me había -eso sí- masticado.
Y así, masticada y escupida -pero de mentira, no olvidemos que todo era un invento- me pareció que no iba a poder.

Pero ahí me inventé unas ganas. 
Y las ganas fueron grandes, y las ganas fueron fuertes. 
Gánica anduve tratando de aporrear a ese invento de deseo que por inventado era bastante terco.

Terca me puse, pero ahí vino la disciplina -esa siempre aparece sin que la llamen- y me explicó que el deseo era inventado, y que los inventos no se rebelan porque son inventos y no existen. 
Y entonces ya toda confundida me puse a pensar así: si todo este desvelo había sido -en realidad - por un invento terco y desubicado no había por qué seguir estando tan gánica. 

Pero las ganas no se iban,  por suerte, porque por gánica es que hoy ando en la vuelta, que si no ni de la cama me levanto, no.

Moraleja: rescato la invención que de deseosa me llevó a gánica, y de gánica a cándida ya que por cándida me ando inventando deseos que me dan ganas que me levantan de la cama!

2 nov 2010

2 de noviembre. Día de los difuntos.

Hoy es el día de los muertos. 2 de noviembre, después del día de todos los santos, el 1°. 

En realidad a esta conmemoración me acerqué cuando estudiaba en la University of Oregon, porque allí ese día hacíamos clases alusivas para los estudiantes y como el español  en EEUU está fuertemente atravesado por México, y en México lo de la muerte es un "big deal" aparecían esqueletos danzantes y guitarreros por todas partes.

Después, cuando aterricé en Uruguay, volví a tener presente la fecha, esta vez ya sin los esqueletos pero con el feriado a cuestas -creo que gané- y con una especie de recogimiento entre sentido y construido respecto a esa cosa que siempre nos incomoda y que se viste de negro y anda con una guadaña (al menos así me la muestran los dibujitos animados). Esa cosa que se llama muerte y a la que algunos que no pueden ni siquiera nombrar le dicen "parca".

Reflexiono: que cosa más extraña, pensar en la muerte da malestar cuando es en realidad aquella cosa que se cierne sobre nosotros desde el momento mismo en que se nos da por existir o -lo que es peor- nos arrojan sin siquiera preguntarnos a la más descarnada de las existencias.

Por si fuera poco, la semana pasada, se murió K -ex presidente argentino, que como todo lo argentino vino con su cuota de odios y pesares -así todo junto y mezcladito en la bolsa de los mandados de Doña Rosa- . 

La muerte fue la gran protagonista de la semana y se instaló en la escena pública. De repente, la simbología patria se transformó en una plataforma en la que se asentaron "las mil y una semantizaciones funerarias". Los canales abiertos y de cable construyeron uno de estos muertos que "no dejan de nacer". 

Y como soy media salvaje -interpretando especialmente-, podría aventurar que  el hecho de que la señora Presidenta de los argentinos hable por cadena nacional el día de todos los santos no es casual no, y que en EEUU se vote la "midterm election" de un presidente afroamericano y mestizo, el día de todos los muertos, tampoco...  a mí no, no me vengan con casualidades, ta?.






29 oct 2010

Dolor de panza

Me duele la panza. Mucho. Es raro, hacía "tiempazo" -me encanta esta expresión uruguaya que significa hace bastante tiempo atrás- que no me dolía. 

Es una sensación rara porque a mí me lleva hasta la infancia. Sí, cuando era niña me dolía seguido la panza, "me empachaba" -decía mi abuela- cada vez que me daba un atracón de tutucas, chocolates, bocaditos néstor y caramelos media hora. 

La sorpresa es porque sin probar ni una de todas esas deliciosas dulzuras ultimamente, me duele la panza y no sé por qué.

Empachada seguro que no estoy - menos mal, porque no tengo a ninguna señora a mano con una cintita roja dispuesta a curarme- y niña he dejado de ser hace tiempo -por eso es que abrí este blog hip & chic- .

Pero -y a pesar de lo anterior- la panza me duele igual y "la circunstancia" me pone de mal humor. De ese mal humor contante y sonante que hacía un par de semanas que no me agarraba. Estoy con dolor de panza y de mal humor. 

Enojada -además- porque este es un dolor innecesario ya que no comí ninguna golosina.Y si no me di un atracón dulcero no debería dolerme la panza, pero me duele igual y me molesta, y cuando estoy molesta me malhumoro y malhumorada me molesto y así hasta el infinito. Y a esta altura ya me perdí y no se que es peor si el malhumor o el dolor de panza.  

Pero entre nosotros -voy a cometer una infidencia- creo que la culpa de todo la tienen las fotos que ví esta tarde del trabajo que estamos haciendo con los estudiantes, porque allí entre tanta juventud, me sentí como una lechuga marchita -y si uso la metáfora vegetal es porque estuvimos haciendo una huerta orgánica con los vecinos- ay dios! ¿por qué nadie me avisó que la edad me sentaba tan mal?
 

26 oct 2010

¿Y dónde está el piloto?

Descansada pero dispersa. 
Así estoy. Así ando. Así voy. Velocidad de crucero. Piloto automático. Las cosas salen.
No sé cómo, pero salen. Los ojos no pesan, se ve que estoy durmiendo bien: cero estrés.
Debería tener un poco de estrés, me da culpa no estar estresada porque todos a esta altura del año -al menos en este hemisferio- lo están. A mi me pasa al revés, el vértigo me calma. 

Estoy en mil cosas al mismo tiempo y lejos de estar nerviosa eso me relaja. Me distiende el vértigo -vaya paradoja- si hasta ganas de cocinar y todo me dan. 

Las cosas -además- no sólo salen, sino que salen mejor de lo esperado. No sólo estudio con ganas sino que también encuentro la bibliografía que necesito. Oh, milagro.

Cómo me gusta hacer muchas cosas a la vez -especialmente porque de tanto hacer se me pasa el tiempo dedicado habitualmente a la contemplación-. En realidad lo que escasea es el tiempo invertido en la autocontemplación  -ya sea esta del tipo "reflexa" o "refleja"- porque cuando la reflexión se confabula con el espejo  la imagen de mujer adulta e "introspecta"  que este me devuelve, me derrumba.

Pero mejor la corto por acá y me dedico a disfrutar de la velocidad de crucero, que para darme cuenta de que voy sin piloto todavía -y por suerte-  falta un rato...


24 oct 2010

Light

De a poco la capa de grasa pegajosa del aburrimiento -supongo que será porque los días se están haciendo más largos y el sol está más calentito- se empieza a despegar. Será también que hay viaje en puerta y eso siempre me pone contenta. Será porque me bajé de algún colectivo que no me llevaba a ninguna parte... o que se yo  -o nunca mejor dicho- yo que se! 

La cuestión es que ando más liviana, y no de peso por desgracia, tan solo de ropa y de alma. Es así, ultimamente mi alma anda livianita y tranqui. 

No voy a negar que eso me tiene desorientada, no encuentro en el pecho el recoveco donde se esconde el peso del dolorcito habitual y tengo temor de que se haya trasladado a alguna otra parte del cuerpo justo ahora que viene el verano y yo me tengo que poner la malla.

Mirá si se nota ¿qué hago? Supongo que lo de siempre, esconderlo para que no se vea ¿no? Porque encima de cuarentona no vaya a ser cosa de que me miren y digan: -ya está, ahí llegó la vieja pesada y apesadumbrada.

Eso nunca, en la playa seré vieja pero apesadumbrada jamás. Las lágrimas para la vuelta mientras lavo los caracolitos que junté en la orilla para hacer esas manualidades que nunca hice, hago ni haré pero religiosamente me prometo hacer cada verano.

En fin, entre la primavera, el trabajo, y los preparativos de un viaje -que como todo viaje incluye trámites que odio- ando entretenida, y por eso, no tengo tanto tiempo para la introspección. 

La verdad es que está bueno, debería pensar en ocupar más mi tiempo. Capaz que hasta me anoto en algún curso en donde me enseñen qué hacer con los caracoles playeros y todo, já.





20 oct 2010

A Beautiful Mind

Ultimamente encontrar coincidencias por todas partes me está haciendo pensar seriamente en encarar algún tipo de terapia -si es grupal mejor- porque temo terminar como el Profesor Nash. 

Obviamente que sin su Nobel y carente de toda brillantez.

En fin, es que a veces, de tanto rizar el rizo (especialmente cuando me embarqué desde hace un par de meses en el devenir lacia)  termino agotada y  -rendida- sucumbo a la peligrosidad que se adhiere al aburrimiento como una capa de grasa de ballena.

Nota al margen: no sé por qué, creo que es por la palabra cetáceo que me remite a aceite- se me hace que la grasa de la ballena es la más grasienta de todas ¿o se dice grasosa?-.

No me estoy justificando, lamentablemente es sólo una rancia evidencia: aburrida me pongo peligrosa. No, no es así, es al revés: el aburrimiento me pone en peligro. Así sí. Queda mejor.



18 oct 2010

Nerviosa y disminuída

¿Hay algo peor que la gente que habla todo el tiempo con diminutivos? Hoy comprobé que no.
Especialmente si te dice: -Tome, aquí tiene su "cuentita", que lindo "gastito" que hizo "SEÑORA" .

Digo yo: ¿en qué quedamos? ¿No deberías haber dicho señor ITA?????

Ufa che, si hablás en chiquito haceme sentir chiquita pero no disminuída. Porque seré señora, pero cara de vieja -creo- aún no tengo.  Y en mi cuadra las señoras eran esas que volvían del almacén con la bolsa llena de panes y en chancletas... y yo hoy tengo puestas una botas tejanas re cool.

Y para terminar esta entrada minicatártica,  y antes de que me olvide te digo a vos (sí, a vos que vendés cepillos para brushing en la farmacia) que a ese SEÑORA ya sabés en dónde lo podés ir guardando ¿no?

14 oct 2010

Falling Down

Hoy en el trabajo me desquicié. Me enojé. Me harté. Sí, todo eso junto ¿y qué? Me salió en verso y todo. 
Realmente -y no exagero, aunque esa sea mi especialidad- me dieron ganas de tirar todo al diablo. Cerrar la puerta de la oficina y mandarme a mudar a Siberia, o a la China, a una isla no, me sentiría muy sola. 
Es que no puedo con la gente que no puede. Me genera más insatisfacción de la que normalmente soy capaz de soportar -que es bastante, aclaro, pero como es mía...-. 
Empecé el día con energías. Me levanté temprano, partí temprano también -cosa que no es muy común-. Llegué, apronté el mate -amargo, no es cuestión de empezar con dulzura la jornada-, prendi la compu, chequee correos, leí el horóscopo -en realidad las versiones astrológicas que leo son tres, así aumento las chances de los buenos augurios- y como no lo recuerdo intuyo que según los planetas no era un mal día para mí-. 
Inmediatamente después de leer mi hoja de ruta astral, me puse a preparar la primera reunión -la jornada de hoy deparaba varias-. 
En el medio de estas actividades fui al baño y corroboré que además de sucio, seguía tapado (estamos con paro de funcionarios no docentes). Retrocedí espantada entre el asco y la desesperación -realmente necesitaba ir al baño- me resigné, me miré al espejo, volví a la oficina y llegó mi compañera. 
La reunión fluyó con normalidad (a esas alturas ya se me había pasado el apuro bañístico), repasamos logros, compartimos frustaciones, planificamos  tareas. Primera reunión, ok. Prueba superada. 
Vuelta a la compu, chequear correos nuevamente, mecánicamente mandar al tacho todos los que me ofrecen viajes por Europa a 3 euros (si estoy en Europa, claro) vichar feisbuc, chusmear tuiter -tengo seguidores nuevos lo que me llena de narcisista satisfacción-, y en ese interín es cuando empieza la sonatina del celular con la cantata estudiantil. 
La cantata estudiantil se resume en esta lacónica frase: "hola, dame" con su variante de "hola, necesito" y como soy una veterana simpática, escucho y trato de solucionar, pero... toda paciencia tiene su límite y si encima me vas a enrrostrar que no soy solidaria o que soy cómplice de una institución ausente, cuando estoy yendo a trabajar con el baño tapado y haciendo magia con los dineros de los proyectos para que puedas imprimir los pósteres y viajar a ese congreso... o me vas a mirar torcido cuando te imploro -si a esta altura ya he perdido toda la dignidad- que no seas necio y elijas la impresión más barata... no se puede, así no se puede...
Pero, como son jóvenes y enérgicos y -lo que es peor- muy inteligentes la mayoría de las veces, termino accediendo, gastando más plata de la que tenía asignada para la actividad o lo que es dramático, generando deudas con la administrativa que como por suerte está de paro ni se entera...
Y así llego hasta la otra reunión que me resulta un ahogo: el agua del vaso me alcanzó para ahogarme. No puedo con la gente que me dice que no puede pero no me presenta alternativas. O.k, te acepto las críticas, presentame las alternativas.... plin... silencio. O.k ¿qué hacemos? plin, más silencio. ¿Todo mal? Acordamos, digamos esto, esto y esto y que quede claro en la presentación. -Ah no, no digamos todo lo malo, che... ¿Y cómo hago si hasta ahora sólo escuché frustación? O no era eso lo que querías transmitir... ¿entendí mal? Llega un intruso a la oficina, se acaba la reunión. Pateamos para mañana: otro día de agobio, y te juro que no me hace falta leerlo en el horóscopo.
Ya está, me harté, me voy a casa -a esta altura ya había pasado casi todo el día- en la puerta, de cruce estudiantitis nuevamente, pero ahora con reclamitis.. grave, casi casi hay que operar. En fin, es lo que hay valor... como dicen por acá... casi los dejo hablando sólos, no puedo, no me sale... 
Respiro hondo, hago omm y cruzo los dedos para que mañana el día sea menos apocalíptico que el de hoy. Tengo la tentación de llamar a los horoscoperos para pedirles que por favor me anuncien muchas tragedias, porque si es como hoy que salió todo al revés, en una de esas, hasta tengo suerte y todo.





11 oct 2010

Purple rose of Cairo

En épocas en las que empieza a hacerse sentir la primavera, la imaginación se desboca.  Es así como dicha facultad arremete en la memoria dormida de aquellas escenas que alguna vez nos hicieron soñar. Hoy le tocó a la Rosa Púrpura de El Cairo.
En mi caso las ensoñaciones se empecinan en llevarme en andas hasta la década que empieza a mediados de los ´80s  y termina allá por medidados de los ´90s. ¿Por qué será?
De todos modos, lo importante hoy es: ¿quién no soñó alguna vez con que el galán de turno saltara de la pantalla dejando atrás elenco, película, director y mar en coche, eh? Mi obsesión siempre fue John Cusack  y desde que actuó en High Fidelity, más. Si tengo que soñar sueño completo y quiero que sea Rob Gordon -su personaje- el que se salga de la pantalla y me venga a buscar. Su amor por la música y su manía por los "top five" sencillamente me subyugaron y me siguen subyugando: High Fidelity es la única película que he visto infinidad de veces y seguramente seguiré viendo hasta que aparezca otra que reuna las tres condiciones necesarias para tal repetición: John Cusack+ excelente música+ llanto garantido. Ojalá no pase tanto hasta que eso suceda. Y además me acabo de dar cuenta de que es del 2000 o sea que zafé de la década infame y todo.
Soy consciente de que el personaje es ficticio, que es de Gordon de quien estoy enamorada no de Cusack, por eso no tengo problemas en admitir que mi amor no existe más que en mi imaginación, cosa que por otro lado me satisface plenamente, porque no hay nada más perfecto que lo que sólo sucede en la imaginación, y corriendo el riesgo de convertirme en una Emma Bovary o lo que es peor ser una Dora cualquiera, reafirmo lo que escribí al iniciar esta entrada: ¿quién no soñó alguna vez con que el galán de turno saltara de la pantalla?

7 oct 2010

Alien

Otro aire. Cambié de escenario pero -no hay caso- una se escapa de todo, menos de una misma.Y como si esto fuera poco, esta semana me descubrí Alien.  Alienada y sin aliento, desalentada también. 

Confesión: lejos de lo que lo anterior pudiera transmitir esta ha sido una buena semana. 

Lo que pasa es que si bien aún no encontré al monstruo, su presencia -sé que está ahí- me inquieta.
¿Qué monstruo? No lo tengo claro, supongo que es esa zona de imprecisión que me coloca en el /entre/ en el borde. La esencia (uh... que palabrita esa!)  de la urugentinidad o argentiguayez que me marea -mucho más- cada vez que me paseo por la rambla montevideana. 

Parece que el agua marrón de ese río marítimo terco e imponente me inunda el alma con la nostalgia de un espacio que no existe más que en mi imaginación -convengamos que últimamente parece que todo sólo existe en mi imaginación- y me pone a reflexionar sobre cosas como "las monstruosidades cruciales" de los que alguna vez nos fuimos para no regresar -me gusta pensarme como miembro de una colectividad de itinerantes mundiales, me hace sentir menos sola y un tanto exótica por más que mi saltito sólo haya dado para cruzar el charco, ja-.

Lo monstruoso del asunto es el regodeo que me provoca la certeza de saberme de acá pero también de allá (aunque ese allá no exista sino más que en el acá que lo actualiza). 
Es complicado, sí.  Lo se, pero no puedo ser simple cuando la geografía empieza a atravesarme.
Todo lo que me atraviesa me incomoda, je. Aunque creo que la incomodidad es mi estado de vida, estar incómoda me despierta (o me hace dormir mal, no lo tengo claro todavía) y despierta o mal dormida -como prefieran- es el estado que me permite hacer algunas cosas que quizá cómoda o descansada no haría. 

Para darles un ejemplo: no sería tan contradictoria y allí en la no contradicción no me encontraría y me moriría de aburrimiento o no me hubiera atrevido a escribir este blog, que si bien antes que nada es un intento por estar hip y ser chic porque está de moda -o por la inquietud de una cuarentona para nada en aprietos- también traduce una incomodidad que me hace sentir viva y  -lo que no es menor- con ganas 
¿de qué? no lo se, no lo he pensado lo suficiente -o sí y no quiero develarlo todavía-, porque al fin y al cabo lo importante es querer -aunque poder no se pueda o una se contradiga- ¿no?

 

1 oct 2010

STAR WARS

Viernes. Guerra galáctica de yoes.
Sí, soy un crisol de yoes diferentes: a veces una amalgama, otras -como hoy- una bolsa de gatos. Mis yoes están en guerra entre sí, y la verdad sea enunciada: son bravos, no dan tregua. Aguerridos.

Está el yo mesurado -empiezo por él porque es el que menos se manifiesta y si empiezo por otro seguro que no lo tengo en cuenta-, está el yo tímido es uno que aparece poco y sólo con la gente que conozco -sí con los conocidos me avergüenzo, con los desconocidos soy una atrevida-, también está el yo independiente -ese es del tipo "salgo a comerme el mundo y me lo trago sin masticarlo", el melancólico -ese es muy grunge, Nirvana 100%- el yo de la chica de pueblo -ese es medio pariente de don Super Yo-, el yo irreverente - es el que menos soporto- siempre anda peleando con el yo culposo que desgraciadamente es el más trabajador y anda siempre sobrecargado. También está el yo militante -a ese en vez de cualquier colectivo es cualquier causa la que lo deja bien-. 

Y como si tuviera pocos yoes de los que preocuparme ahora me apareció un yo nuevo que es el yo lacio y a ese la verdad mucho no me lo banco porque me sale caro. ¿Por qué? Sencillamente como es un yo oligarca me obliga a ir a la peluquería dos veces a la semana, asesinó al yo "ruludo" y todavía no se lo perdono, ese yo era uno de los más genuinos que tenía, me reconocía en "la rulidad" ahora en cuanto se asoma un atisbo de onda, viene el yo lacio con la planchita y caput, "fuiste ruludo" le dice burlón este yo aristocrático al yo libre: lo afixió.  

En fin, la lista sigue, pero no quiero aburrirlos, digamos que este es el elenco estable, cada tanto aparecen otros, pero son más personajes de relleno que vienen a armar alianzas con unos u otros, dependiendo de la ocasión. 

Hoy viernes -no sé por qué, será la lluvia- andan revoltosos y peleándose entre sí, todavía no se define quien ganará la contienda, pero sea cuál sea el que gane espero que a esta semana la Princesa Leia la termine en paz, no digo que liberada -eso ya sería demasiado-, pero al menos en paz ¿no?



28 sept 2010

Terms of Endearment

¿Por qué? ¿Por qué insisto en vincular mis acciones a películas añejas que de alguna manera -aunque no recuerde más que escenas borrosas- me emocionaron cuando las ví? ¿Por qué insisto en hablar de "acciones" y no de comportamientos? Falta que desarrolle un esquema actancial y ahí sí que me fregué del todo, y -a pesar, de lo que sufrí con Greimás- en la cuarta década podría haber alcanzado el cuadrado semiótico que nunca entendí del todo. Oh.

¿Por qué? ¿Por qué todo tiene que estar acompañado de un por qué? ¿No es mejor un cuándo? ¿Un dónde?
Hoy me desperté preguntona y con la autoestima baja, por eso, quizá haya elegido la "fuerza del cariño" que es una película -que de si de tristeza se trata- sólo es comparable a Love Story.
Elegir esa peli funciona como una manera de contrarrestar la monótona flagelación anudada a la perorata de los por qués que me acosa desde que al lado del 4 se instaló el 1. 
Así lloro y listo, la excusa es que la peli es triste y Greimás me frió el cerebro.

Hoy me siento muy disminuída intelectualmente -por eso la bajeza estimativa-, siempre encuentro gente que es mucho más brillante que yo por todos lados. Siempre todas (sí, es una cuestión de género, obvio) son mucho más inteligentes, además de la segunda obviedad que es que son más jóvenes, más sexys, más explosivas y que ellas tienen a la juventud agarrada por los pelos y yo por los tobillos (pero con fuerza, así que todavía no se me escapa, no) 

¿Les cuento una verdad? Me tengo podrida, estoy harta de ser yo y de preocuparme de todas estas estupideces desde los 14 años. Sí, recuerdo la fecha exacta en que mi cabeza hizo clic y se disparó para convertirme en esto que soy -recién me doy cuenta de que el inicio del vía crucis es capicúa con la edad que tengo hoy, vaya paradoja, je-. 
¿Qué es lo que soy? aún no lo he podido discernir del todo, por eso así estoy.

Retomo el cuento de los 14 años: estábamos sentados en el banco de afuera de la casa de una de mis amigas (vivía en un pueblo donde la gente acostumbra a tener bancos en la vereda para sentarse a tomar "el fresco" las noches de verano) y de repente sentí que nadie me comprendía (como pueden observar originalidad en estado puro) que el mundo, el pueblo, el banco y hasta la vereda nunca iban a entender ese vacío existencial que se acababa de meter en mi cuerpo. Me levanté, miré a la barra, y en una escena digna de Rosa de Lejos, les dije: -a mí nadie me quiere, me voy. 

Desde ese primer "me voy porque nadie me quiere" hasta hoy han pasado una serie ininterrumpida de situaciones dignas de un doble de riesgo, mutaciones increibles, transformaciones inusitadas como la de cocinar a diario y hasta planchar camisas! (por suerte eso ya quedó atrás) pero la sensación de ese vacio no se va... no me abandona y cada tres por dos me acogota y hace que me falte el aire, como me anda pasando ultimamente.

Pero como no todo es amargura  y la que escribe antes muerta que sencilla además de mirar películas hoy salí de compras y ahora me siento muchísimo mejor!!!!!



25 sept 2010

Sleepless in Seattle.

Carcomida por la culpa...de no tener culpa. Sí, hoy estoy culposa: no tengo culpa y eso me da culpa. Mucha. Hoy me siento mala. Soy mala y me gusta. Me gusta tanto que no me da culpa. 
Debe ser el período del mes. 
Esta semana tocó felicidad sin culpa, si la semana pasada fue Mars Attack esta semana es Sleepless in Seattle: me siento feliz y soñadora envuelta en este rapto maléfico que me poseyó. Poseída por el demonio, soy Carrie.
Me siento bien haciendo -bah, voy a ser franca- "diciendo" en voz alta todo tipo de maldades.
Estoy tan mala que podría hasta ponerme a cantar un par de raps gitanos y todo. No se que fue lo que pasó pero lo bueno del caso es que me desperté con una honestidad bruta. Y el primer "target" que tuve a mano, como no podía ser de otra manera fui "yo misma". Sí, me dije tantas maldades a mí misma que me resarcí de toda la tristeza acumulada en los días anteriores. Y fue lindo, una gozadera. 
Ser mala conmigo me satisface pero me agota porque me pone de buen humor y cuando estoy de buen humor me pongo buena y estar buena me pone triste. Oh no, empiezo todo otra vez, esto no se acaba nunca!
Fuera, fuera tristeza que prefiero ser antes mala y gozosa que buena y triste... porque -entre nos- ¿no es mejor identificarse con las películas de la Bette Davis que con las comedias de Doris Day?!!!  ja ja ja.




22 sept 2010

Electroshop (ping)

Miércoles y tres motivos para estar contenta: un bolso, una chalina y una remera. 
No es poco. Además estamos a mitad de semana y empezó a hacer calor. 
Afirmación genérica y generalísima: a las mujeres nos encanta hacer compras y si somos argentinas:  ¡peor! 
Que felicidad me da salir a pasear por los negocios de ropa -como mujer y como argentina- .
Cómo me gusta el olorcito de las etiquetas, el ruidito de las perchas y todo lo que viene asociado con ese ansiolítico tan inocuamente caro que es salir a ver en qué gastar la plata que aún no se  tiene .
Especialmente ahora, en el cambio de temporada, donde se consiguen los ofertones del invierno y empiezan a aparecer los modelitos con las tendencias de la nueva estación. 
No te alcanzan los ojos para mirar, ni las manos para tocar  toda la tersura de las telas  (livianitas o pesadas dependiendo de la época del año).
Todo te parece bello, todo te parece endiabladamente bello.
Aún aquellas cosas que en un rapto de estupidez te comprás sabiendo que sólo la vas a usar allí, enfrente de ese espejo desmesuradamente grande -que por la luz y la deco del negocio- te hace sentir como Julia Robert en Mujer Bonita (sin Richard Gere en el descapotable esperándote afuera, no, no es Rodeo Drive tampoco). 

Nota al margen: tengo 41, mis rol models son de antaño, ninguna Angelina, ni Penélope, Julia a secas, en Mujer Bonita o en Mystic Pizza aunque para la entrada de hoy mejor  la Julia de Pretty Woman,  pega más...la otra para cuando me ponga más hippie.

Retomo y resumo: no existe nada más energizante para el cambio de estación que un electroshopping generoso que  te transforme efímeramente (hasta que te alejes del espejo de la tienda) en una diva de Hollywood. 
Y que además, te haga gastar más de lo permitido. Porque acordemos en algo ¿que sería de la sensación si luego no viniese la mortificación? Que sería  del placer sin la flagelación  autoinfringida  de haberte comprado lo que sabés, lo que tenés la absoluta certeza de que: a) no vas a tener la ocasión  b) tampoco la oportunidad  (¿es redundante decir así?) de lucir de acá a millones de años luz. 

Porque al final de eso se trata la terapia, de dominar a la fiera por un rato, calmarla hasta que los vahos del cambio de temporada se hayan aquietado para entonces sí,  dejarla pastoreando en la precariedad de la culpa hasta que en el próximo atracón urja otro electroshopping, que a juzgar por la época del año en la entramos, será el de las fiestas o el de las vacaciones...


20 sept 2010

Vieja seguro. Madura, jamás.

Para maduras las frutas, y mirá lo que les pasa luego: se pudren. 
Por eso, vieja sí, madura nunca. A ver si puedo con el razonamiento.  
Ultimamente estoy haciendo un esfuerzo titánico por ser hincha de la racionalidad. De todas maneras, de mucho no sirve ya que la "ilogicidad" viene a ser al pensamiento racional lo que Defensor al Sport Huancayo el jueves pasado cuando le ganó 9 a 0. 
O sea, la lógica pierde por goleada.
Pero no era de fútbol de lo que iba a escribir, esta entrada quiere -intenta, en realidad- analizar el por qué de ese empeño "maduracional" que nos enseñan desde chicas a las chicas. 
Como si ser mujer, racional y madura, fuera la tríada conceptual con la que derrocaremos al machismo internacional que enarbola el viejo y legendario lema de "las minas son todas unas irracionales" y por ende miembros consumadas del Sturm und Drang-y si no saben qué es eso, me lo buscan en el Rincón del Vago o en Wikipedia, ¿ta?-.
Pero tampoco es de movimientos literarios de lo que quería escribir -me asombra la versatilidad con la que mis neuronas hacen sinapsis y me llevan de la popular del Estadio Centenario a la clase del Profesor Caeiro, eso no habla bien de ellas: son neuronas viejas aunque eso sí,  inmaduras.
En fin, toda esta cháchara chúcara, era en resumen, para escribir que me niego a que me endilguen una madurez que no quiero tener.
No quiero madurar y que me pase lo que a la manzana que se llena de gusanos, esos que esperen hasta que estire la pata ¿no?
Y no me da culpa la inmadurez, que en mi caso -espero que hayan entendido el punto- no tiene nada que ver con la losanía. Y no me da culpa porque me encanta meter la pata. Porque cada vez que  me equivoco de apresurada, me doy cuenta de que estoy viva, y no tengo problemas en decir que no sé, y que me equivoqué y que quisiera aprender. 
Porque después de todo ¿que otra cosa es la inmadurez sino las ganas de seguir creciendo?

Nota al pie: comentario de marido, "este te quedo como una proclama" sic (y después jura y perjura  que  él machista no es :P )

18 sept 2010

Goldfinger (no todo lo que brilla es oro)

Ok. Otro sábado.
Semana movidita (hormonalmente hablando). Ups & downs abundantes. Rollercoaster. 
Por suerte no descarrilé -me bajé a tiempo del carrito- y no me rompí la crisma contra una pared, tampoco. 
Balance: empate.
No voy a tirar manteca al techo, tampoco. 
La sacamos barata, por ahora. La reflexión sesuda y los consejos de alguna que otra "autoayuda" leída de ojito  -uno que otro guilty pleasure tengo que tener- colaboraron al no descarrilamiento grave.
Momento epifánico: don Super Yo poniendo el freno de mano antes de que la cuestión se fuera de madre. Bien por él, al menos todavía tiene reflejos. 
En fin, así estamos, cortitas y al pie. 
Tratando de juntar fuerzas y reordenar a la tropa que anda medio desacatada.
De todos modos, lo importante es que aunque los vientos arrecien todavía tenemos madera de la que aferrarnos.
Y me voy -antes de que se me piante el lagrimón- porque apareció el mayestático y cada vez que aparece indica que es hora de hacer mutis por el foro.
Adeus, hasta la próxima -espero que no sea otra de marcianos, je-.

16 sept 2010

Mars Attack !!!

Si en la entrada anterior declamaba mi locura, en esta sencillamente me rindo y declaro que no soy yo, que esto en lo que me he convertido no puedo ser yo. 
Un objeto volador no identificado -comunmente demominado OVNI- debe haber aterrizado en mi jardín y seguro que hay un "resident evil" en mi lugar. Tiene que ser eso, porque yo a esta altura no me conozco más. 
Estoy en una sola batalla contra el mundo. Nada me alegra, me estimula o me complace. 
Veo todo oscuro, negro o verde chillón -debe ser por eso que pienso en marcianos-.
La mala sangre que me hago por cosas que no valen la pena, ni se imaginan.
Desde hace un par de días todo es cuestión de vida o muerte. 
Todo es blanco o negro. 
Todo es llanto desconsolado... por estupideces. 
Estoy hecha un trapo como decía mi abuela y lo que es peor que ni reirme de mí puedo, creo que me pasé de ácida y mi corazón salpicado por ese líquido corrosivo -que a veces sirve para tanto- me mandó a cagar y me pasó factura:  -Arreglate como puedas, me dijo.  -Saldá las deudas pendientes o encará un psicólogo, pero a mí dejame tranqui por un rato.
Entonces, ante la contundencia de un corazón oxidado y en rebelión, salí disparada hacia otra galaxia atravesando una serie de agujeros negros de los que no puedo salir. 
Pero lo inconcebible de toda esta baracutanga es que empiezo con el hilo que se asoma en la manga de la remerita que tengo puesta y que tironeo -para cortarlo y que no se vea- y me descoso el alma con una contundencia que si fuera intencional no me saldría tan bien. 
Me (des) conozco y me asusto. De acá a los cabezazos contra la pared hay unos milímetros... y sé que cuando empiezo no paro.
Por eso, está mucho mejor no ser yo en esta entrada y dejar que el resident evil se machuque contra la pared, así se atonta me abandona y puedo volver a ser yo mísma.
Esa yo que siempre se está riendo de todo y de todos -y que le cae simpática a todo el mundo-.
Esa yo que me gusta mucho más que esta, que por suerte, no soy yo.



14 sept 2010

Paranoid Android y viceversa.

Hoy estoy paranoica. 
Creo que lo soy, no es que estoy. 
"Delusional" dicen los gringos y esa palabreja a mi me encanta -ya que para los que hablamos en castellano suena como contrario  a su significado en inglés ¿no? ya que el prefijo "des" en español significa algo así "como carente de" o si nos atenemos a la definición exacta -que siempre es mejor- significa aquello que "denota negación o inversión del significado".
Por ende, si observamos y hacemos un ejercicio pequeño de aliteración, y como la palabra que le sigue  es "ilusional" si "castellanizamos" -hacemos castiza, bah- la interpretación sería, de acuerdo a mi modesta y salvaje hermeneusis: "el que carece de ilusión" o "el que se niega a la ilusión" . Por lo anterior, podemos concluir que si uno carece de "ilusión" -o la niega- es que no se ilusiona, o sea que no dibuja en su mente cosas que no existen, y si uno no dibuja cosas que no existen en su mente o en cualquier otro lado, es que está cuerdo, no "delusional" ¿se entendió?
Si sí se entendió mejor -habla bien de mi manejo del discurso expositivo-, y si no, aténganse a la primera sentencia de esta entrada: estoy paranoica, fin de la discusión -conmigo misma, no estoy discutiendo con nadie-  en realidad estoy "esquizoparanoide" ultimamente, y eso me da mucho trabajo, me agota en realidad.
Y la razón de este agotamiento es porque hago siempre las cosas en un "rush de adrenalina" y después me arrepiento. No se hagan ilusiones mis "ru (a) shes de adrenalina" no son nada cinematograficos se parecen más bien a los sarpullidos: molestan, pican, enrojecen de vergüenza porque son más bien del tipo -"uy que cagada que me mandé ¿y ahora cómo lo arreglo?".
El rango de situaciones disparadoras de esta sensación es tan amplio como variopinto , y puede ir, desde la poda inmisericordiosa del limonero del patio de casa hasta una entrada en este minúsculo purgatorio que empecé a escribir tres días después de empezado el año.
En fin, paranoica o no, creo que el problema es en definitiva que desde anoche me empezaron a doler los ovarios, señal inequívoca de que mi menstruación está por ahí cerquita, y mal que me pese admitirlo, despues de los 35 "esos días" empezaron a ser "esos días" y esto es sólo para decir, que todo la anterior poco o nada tiene que ver con un estado de ánimo...su vínculo más estrecho es con un estado de vida: la vejez. OMG detesto admitirlo, pero soy una vieja chota y ahora -encima- resulta que paranoica!



8 sept 2010

a ver si nos ponemos serias...

Sí. Un poco de seriedad. Eso es lo que necesito. La ironía no me ayuda. A ver antón, que cada cual atienda a su juego. Sí pirulero, necesito ser seria y en lo posible empezar a usar un trajecito sastre, así no solo lo soy sino también lo aparento.
Hoy me siento mal. Hice llorar a una niña. Pero les juro -les juro- que fue sin la menor intención.
En mi correntada de vehemecia -a esta altura ya estoy convencida de que es senil- acentué tanto mi punto de vista que me olvidé de las reglas del decoro, Corneille se las tomó con Rancine y me quedé atónita observando como la niña rompía en llanto.
Y lo que es peor, es que yo sólo buscaba su empatía, necesitaba sentir que lo que decía contaba con su aprobación.
O sea, a la política mejor no me dedico, salvo que los discursos estén elaborados de manera tal que la estrategia discursiva apunte a lo contrario de aquello que quiero generar.
En resumen, creo que el problema es mi falta de seriedad.
No soy seria, y como sé que en la adultez este es un rasgo muy importante y fundamental, en el afán de serlo sobreactúo y en la sobreactuación en vez de generar respeto, ASUSTO.
Y como asusto, los niños lloran.
Oh. Acabo de darme cuenta de que no sólo soy una vieja poco seria,  sino que además empecé a encarnar al viejo de la bolsa, al cuco o a como sea que se llame a quien se invoque para hacer llorar a los niños.
Por todo lo anterior es que necesito urgente -ahora más que nunca- un asesor de imagen, ya que si bien alguna vez lo pensé, esta tarde lo confirmé:  después de cierta edad lo que nos une no es el amor, es el espanto!


1 sept 2010

En salmuera...




Sip. Desde que una servidora deseó brillantez apagaron la luz y abrieron la canilla: no ha parado de llover desde el lunes. Moraleja: mejor lloramos los domingos gastamos el agua acumulada, esta no se va al cielo y en la semana contamos con el sol que -aunque si abusamos nos arruga y nos mancha- también nos pone las pilas. 
Es tal cual, domingo depre, semana de jolgorio, domingo pum para arriba! (que antigüedad este dicho) semana endiabladamente gris. 
Por eso, como no ha parado de llover y se aguó hasta el suspiro de la gaviota, mejor, en vez de andar "boquilleando" la felicidad dominguera (además soy cuerva, y el domingo San Lorenzo ganó) me llamo a silencio y me dedico a meditar lo mal que me sienta la cuarta década. De este modo, durante la semana saldrá el sol, me cargará las pilas (estoy con lo de la energía alternativa, otra cosa que me trajeron los años, que como bien es sabido no vienen solos) me olvidaré de que estoy vieja y seguiré viendo todo brillante brillante como la luna llena  en los días de noche clara, ya que como por suerte, no soy la octava hija varón no correré ningún riesgo de convertirme en lobizona porque después de todo, esto de ser mujer algo bueno tenía que tener ¿no?

30 ago 2010

Salada mal

No puedo ser tan salada. Mal. Una semana de brillantina esperaba  (ver entrada anterior). 
Una de dos, o no apreté bien los dientes o el que maneja los hilos de esta obra medio destartalada que es mi vida me odia.
Lunes, trabajo. Robo, policías hasta debajo del escritorio. Mate ausente (fue lo único que me robaron). Estropicio por todas partes, pero, mi escritorio impoluto. No sé, se ve que el o los amigos de lo ajeno ya se enteraron de que soy media histérica y que me doy cuenta hasta de cuando un clip está fuera de lugar. 
Vidrios rotos, armarios forzados, y todo lo realmente de valor (no lo valioso, eso es otra cosa) fue apareciendo, una netbook aquí., otra más allá, el proyector en aquella oficina, en la de más acá las memory sticks...aunque  sin embargo, el mate no apareció.
En fin, semana dura la que he comenzado a transitar, igual saquemos lo positivo: camaradería entre compañeros -ya conseguí un mate prestado-. 
Ah! y hoy había venido temprano a trabajar, había decidido que se acababa el tiempo de las excusas y que empezaba a hacer aquello que realmente tengo que hacer.  
Y como verán, a las pruebas me remito, eso sí, hoy -me parece- que todos los de acá, estamos en la misma, por eso, no me da tanta culpa, que si no...


Confesion confusión Confucio, ayudame.

Sí, tirame una soga. Ando sobresaltada. Y no se por qué. O sí y no quiero. No quiero saber. Me niego a darme el permiso de terminar un domingo de buen humor. Sí. No todos los domingos son oscuros.
Este fue un domingo "sparkly", tornasolado para decirlo en criollo. De a ratos oscuro, pero la mayor parte del día, iluminado. 
Hoy todas las cosas estuvieron iluminadas y yo -de a ratos- me reí mucho, desde la panza.
Por ejemplo, cuando hablé con mi madre para explicarle que hoy cambiaban los números de teléfono y mientras le dictaba las modificaciones, acotó: -ah! pero entonces el 4,¿va antes o después del guión? a lo que le siguió un: -¿qué guión mami? ¿vos marcás un guión cuando me llamás? y fue decir eso y darme cuenta de que: a) yo lo había preguntado de verdad  y b) su pregunta también había sido seria; para que comenzáramos a reirnos como dos locas, como hacía tiempo que no nos reíamos , con esos ataques de risa liberadores que nos daban a veces cuando todavía estábamos bajo el mismo techo...
Eso fue a la mañana, después de que había encontrado una hermosa versión de Wynton Marsalis enYoutube de What is this thing called love, bellísima, lo que ya me había abrillantado un poco el alma.
A la tarde las cosas se ensombrecieron -no hubiera sido un domingo sino- pero a la noche la risa volvió a instalarse cuando expliqué que a mí los Tres Chiflados me ponen nerviosa., sin que nadie me preguntara nada al respecto, -en realidad fue el desenlace de una línea de pensamiento que venía desarrollando y que ahora no viene al caso explicar-. Pero fue terminar de decir eso -no pude contener a las palabras que ya habían salido disparadas de mi boca-, y largar la carcajada. 
O sea, hoy empecé y terminé el día de buen humor, espero que no sea el anuncio de una semana horrible. No, no puedo ser pájaro de tan mal agüero. 
Esta semana va a ser de brillantina, maravillosamente tornasolada.
Es mi deseo, y todos saben que cuando uno desea mucho mucho algo, cierra los ojos, aprieta los dientes y el deseo se hace realidad ¿no?