Es domingo y me levanté temprano.
Es domingo y tengo que hacer cosas.
Es domingo y no se bien metereologicamente hablando cómo será el pronóstico de mi humor para hoy y para la semana que se avecina. Pongamos que variable.
Así, cambiante. Afectado por el cambio climático.
Porque después de todo, si el escote de las mujeres provoca los terremotos -según dicen allá algunos en Irán-, porqué no habría de afectar a mi humor el cambio climático, no?
Combo perfecto, hormonas, clima...¿qué más? Ah, sí me olvidaba de la imposibilidad de llegar a un acuerdo entre Israel y Palestina, eso seguro que también algo tiene que ver...
Es como si los planetas se alinearan y por alguna extraña razón estuvieran sobre mi cabeza para recordarme algo que no tengo muy claro que es.
Estoy en una etapa de mucha productividad, que se traduce así: veinte libros empezados, una pila de ropa para planchar, muchas ideas sin desarrollar, en fin, como dije super productiva estoy.
Además esta semana se me dió por profundizar en esto de las TICs lo que a veces me asusta un poco porque es descubrir que dejé de fumar sí, pero mi comportamiento adictivo se traslado hacia ese terrenito muy seductor que de tan virtual y realista puede eventualmente convertirme en un monstruo de cuatro cabezas.
Y si no me aguanto una ¿cómo voy a hacer para aguantar las otras tres????