Una de mis mejores amigas se acaba de separar y estoy lejos. Lejana, así me siento. Cercana no se bien que utilidad tendría, pero lejos me hace mal.
Los 40, eso es lo que pasa cuando mas o menos -siendo optimistas- llegamos a la mitad de la vida, tomamos decisiones. Sabemos que de acá en más todo lo que hagamos no va a tener un reloaded, si no lo hacemos ahora con el dejo de carne firme que nos queda no lo vamos a hacer nunca más.
Uff, que pesada que estoy con lo de la edad. No puedo ser optimista, disculpas.
No me gusta envejecer, no me gustó nunca, y el optimismo del tipo: "se es joven de espíritu" me parece de un patetismo terrorífico.
Optimismo pavote, eso es. Somos lo que somos: cuarentonas. Ay, si hasta duele escribirlo!!!!!
La lluvia no para y creo que contamina hasta mi sentido del humor, una pena, el humor nos salva, y en mi caso me redime de ser una vieja agreta, aunque esta tarde no zafo. Mejor la corto acá. La lluvia también dicen que lava todo, aunque hoy yo me siento inundada. Soy una damnificada más de la cuarta década: una cuarentona, auch! eso dolió.