19 jun 2011

La tableta de la felicidad

Sí, es una tableta y no una píldora.

Tampoco es de chocolate [aunque si lo fuera mi felicidad sería cuasi orgásmica.]

Esta tableta es suave al tacto y del pecado el recuerdo a través de la imagen de una manzana mordida; en el reverso de una plateada tersura que no puedo dejar de acariciar, para darme cuenta:
a) que es ultraliviana
b) que su batería es duradera como una pila llena de vida! (con el perdón de eveready).

En 48hs he comprobado no sin espanto, que mi materialismo no es dialéctico sino de un capitalismo aberrante. Lo peor es que ni un dejo de la culpa cristiana que suele acompañarme a todas partes.

Desde hace un par de días, cuento con un dispositivo rectangular y liviano que tiene un montón de funciones que seguramente jamás aprovecharé del todo, por dos razones:
a) porque la mitad no me interesa
b) porque no cuento con ningún amig@ que tenga FaceTime lo que hace imposible el intercambio.

Sin embargo, y a pesar de lo anterior, poco me importa porque: cuento con un IPad 2 ! ! !
(temblá Microsoft, estoy a un tris de convertirme en una manzanita y no por estar rozagante, no señor!)


8 jun 2011

Chocolate

Helada. Frío de invierno. Crudo. 

Día de miércoles. Lindo día después de todo: semana a la mitad. 

Agotamiento intelectual, muscular y todos los miento que se le puedan sumar. 
Ojo, no confundir: mentirosa no soy. A veces un poco pero -lamentablemente- siempre conmigo misma.

Hoy va a ser un gran día.
Está nublado pero eso no importa.
Hoy va a ser un gran día de miércoles, y yo voy a comer un montonazo de chocolate !



1 jun 2011

Estallido

Acaba de estallar un vaso contra el piso.

El ruido de los cristales rotos me inquietó. No se por qué, pero siempre asocio la explosión de los cristales a desgracias venideras: atavismo pavo, lo sé, pero estoy "uneasy".

Aunque sólo queda el eco, la reverberación es inquietante. Espero que la sensación se diluya igual que desvanecen las ondas en el agua momentos después de que una piedra cae en un remanso.

Poética, esta entrada salió poética aunque no hay caso: la inquietud no cede ni un poco.