31 dic 2010

Cierre de año

Yo qué sé.
Me enseñaron -realmente no sé por qué, no hacía falta y además nunca lo aprendí- que las cosas se cierran. 
Las puertas, las ventanas, los pantalones, las blusas deben cerrarse. 
Los años también. Por eso esta entrada. 

Como soy rebelde, un poco nomás, nunca lo suficiente, y como no creo en los cierres herméticos (lean las estadísticas de violaciones a la propiedad privada y se darán cuenta) me rebelo conmigo misma y escribo una entrada que tiene como tema justamente aquello de lo que reniego: el cierre del año.

Lindo el 2010. 
Ascendí en el trabajo y -como no podía ser de otra manera- sigo arrastrando algunos lastres (no termino algo que empecé hace varios años y que me había prometido terminar este año, por suerte no es mi matrimonio, ése con sus altos y sus bajos sigue en competencia, já).

Pero así y todo este año fue una montaña rusa de sensaciones. 
Hubo ocasiones en las que que me sentí capaz de comerme el mundo de un sólo mordisco y otras en las que literalmente una miguita  de pan me atrangantó de tal manera que sentí que no iba ser capaz de respirar.

Por suerte -o por una mezcla con cucaracha que debo tener- siempre me repongo, me rearmo, me reinvento, me "re" hasta el hartazgo, y eso está bueno. 

En el 2010 también me hice Lectora, siempre lo fui por deformación profesional, sólo que este año me tomé el trabajo un poco más en serio y como soy una descocada además me atreví a mostrar aquello que la lectura me generó con el paso de los años: este blog, por ejemplo. Están en su derecho de pensar ¡qué poco! (se las serví en bandeja, je) 

Pero bué, una hace lo que puede.

Por último, entre seria y divertida, me digo: 
- yo no lo cierro nada a este año;  siempre es mejor andar escotada ¿no? especialmente para que la llegada del 2011 nos pegue directo en el medio del pecho y nos revuelva un poquito las certezas, nos obligue a repensar/nos y nos haga un poco más felices a todos.

Feliz año!



27 dic 2010

Grosse Blank Point: promoción `86

La reunión anual.
Terquedad militante que nos obliga a vernos las caras cada año.

24 años después. 
¿Qué decir? 

Honestidad brutal.  Estamos viejos.
Lo sé, soy una amarga, pero como anoche lo declamé cuando empezaron a planificar la reunión del año entrante, ahora corroboro:   V I E J O S.  Repetitivos, además.

-Viejitos pero divertidos,  acotará el optimista de turno.
-Sí, tal vez, pero eso no te rejuvenece, ¿o.k?

Empiezo de nuevo. 

No todo es tan oscuro, ni todo está tan mal. 
Me gusta encontrarme con los compañeros de la adolescencia y darme cuenta de que a pesar de que estamos viejos -no sé si les quedó claro- cada uno sigue cumpliendo con la parte de la obra que le toca  actuar.
Y todos -cómplices- dejamos que cada uno haga lo que mejor sabía hacer hace un cuarto de siglo atrás, aunque ya está pasado de moda, o nadie recuerde esa anécdota que por enésima vez algún memorioso insiste en narrar. 

Eso sí, "las lobizonas" de la promoción, nunca aparecen -son una suerte de mito, se transformaron a posteriori- y las que estamos tenemos preocupaciones más mundanas que ir al gimnasio a diario. 

Por eso fue al unísono el NOOOOOOO de las féminas reunidas anoche cuando algún compañero medio trasnochado pensó como una buena idea que la del año que viene fuese un asado con pileta en la quinta a la que íbamos cada vez que queríamos matar el calor abrasador del verano de la pampa húmeda... 24 años atrás!!!!!!


25 dic 2010

La Navidad

Acá estoy. Acalorada, exhausta pero llena de panettone y nueces acarameladas. 

Es que la navidad vino para recordarnos que todo lo que no compramos ayer mejor ni soñemos con que lo conseguiremos ahora. Cerrado a cal y canto. Todo. Parece el lejano oeste, y eso que estamos bien al este.

En fin, mucho bullicio a la noche, estrépitosos fuegos de artificio -en el pueblo ha habido un incremento paulatino de la parafernalia pirotécnica- que iluminaron el cielo haciéndole competencia a una luna lunera del tamaño de un queso. La muy ladina estaba toda engalanada y era una joya pendiendo de un cielo renegrido y calmo. 

Algarabía infantil, algún que otro excedido en copas y -como no podía ser de otro modo- tras tres amagues de brindis finalmente se hizo la navidad en la mesa familiar. 

Y allí sí que comenzó el jaleo, pero del bueno. Niños que cruzan raudos toda la casa para encontrar debajo del pino el regalo que Papá Noel o el Niño Dios (depende de cuál marketing haya tenido más éxito) les ha dejado. Confusiones de paquetes, llantos, gritos incluído un: Qué feo, no me gusta! 

Explicaciones poco creíbles de las vueltas de Papá Noel por el vecindario y hasta un Papa Noel motorizado en la casa de enfrente, llegando tarde -para nuestros horarios- a repartirles los regalos a los vecinitos. 

De todas maneras, a pesar de la confusión, de las quejas, de los gritos (somos gritones, que le vamos a hacer) navidad aunque no me gusta, me divierte mucho.

Pero sobre todo me permite tener un paneo del estado general de la familia (exclusivamente estético, aclaro) lo que hace que me consuele pensando -cada vez que me llevo un pedacito de turrón a la boca- que en comparación con el resto, yo, tan gorda, no estoy!!!!


21 dic 2010

Do the opposite

Y sí, tendremos que probar. 
Haciendo fuerza por mantener la frente en alto e intentando no flaquear haremos lo contrario de lo que queremos para ver si así tenemos más suerte y conseguimos -si no todo, al menos algo- de todo aquello que anhelamos.

Oh no, apareció el "Otro yo del Dr. Merengue" y acá estamos hablando en plural (podría insistir con lo del mayestático, pero a esta altura ¿a quién quiero engañar? hablo en plural porque estoy un poco loca y otra en mí que no soy yo me habita). 

De todos modos, conviene aclarar que también hago un uso excesivo del discurso irónico para conmigo, es que nunca se sabe y algún lector malintencionado podría inferir que efectivamente estoy loca y eso no me conviene, al menos si quiero mantener mi trabajo.

En definitiva la cuestión es que ultimamente me estoy divirtiendo bastante, a veces me admiro por mi valentía pero las más -confieso- me avergüenzo un poco de mi temeridad aunque siguiendo en la línea de GH (ahora que ha vuelto con todo) valiente o temeraria finalizando el 2010 la alegría en la balanza tiene más peso que la tristeza.

Este ha sido un año intenso y muy movido, y aunque a veces quise que se pasara pronto, si miro por el retrovisor (me encanta manejar por eso la metáfora automovilística) me pasaron cosas buenas, desde compartir un mes hermoso con amigos que hacía mucho que no veía, alcanzar a conocer a una bebé preciosa que tuvo la gentileza de salirse de la panza antes de que yo regresara, hasta ver con asombro como una niña que resulta que es mi ahijada se está convirtiendo en una adolescente hermosa y decidida, inteligente además (como no podía ser de otra manera).

En lo laboral fue ajetreado pero productivo y en lo personal ¿qué más puedo agregar a "la sarasa" constante que hago por acá, no?

Además ni yo me creo la constancia de haber mantenido esto por casi un año y mucho menos de hacerlo público... es que a juzgar por las apariencias las crisis y las correntadas más que llevarme a cualquier parte me quitaron los últimos diques de contención que me quedaban... y a juzgar también -valga la redundancia- por los resultados Viva la Vida diría Coldplay que falta poco para el 2011 y como quiero que me agarre con pilas y bronceada la corto por acá porque me voy a leer el horóscopo de la Ludovica al lado de mi pileta/piscina de plástico, inflable y recién estrenada, já.



19 dic 2010

Les Parapluies de Cherbourg o de cómo me pone la lluvia.

Ay. Empezó a llover. 
Y la lluvia me pone tonta. 

Clarifico: mi nivel de tontería aumenta con el agua -como pasa con esos potajes mágicos que con un chorrito de agua se convierten en comida y de los que soy adicta, ya sean sopas o purés (postrecitos incluidos) -. Es decir que hoy mi tontez está -casi- escapándose del pluviómetro, puesto que hablamos de lluvia que sea éste el aparato medidor ¿no?

No sé si el haber vivido en un lugar donde llueve nueve meses al año afecta en algo mi estado en relación a la lluvia, pero la grisura del cielo, el color plomizo detrás de la ventana, los vidrios con "gotitas"  tienen ese "no se qué" que en mi caso significa tonta, tonta, tonta.

Estamos en el horno,como dicen por acá. 

Me pongo peligrosamente nostálgica, muy cursi con notas kitsch o camp o berreta...que se yó, a esta altura sólo sé que quiero ver películas que me hagan llorar y escuchar música que me haga emocionar (hablo de esa emoción medio berreta también, esa que te emociona superficialmente, como cuando andás caminando y ves a la viejas pararse a mirar un perro y se llenan de ternura pero al indigente que tienen enfrente no le dan ni pelota) no se si me entienden la idea, si sí mejor, si no se joden...

ah! no les dije, la lluvia también me malhumora un poco, je.


14 dic 2010

Reality Bites

La realidad muerde, y fuerte. 

Estamos a fin de año y los balances nos acechan. Y mirar para atrás -y no por el espejo retrovisor- no suele ser un ejercicio relajante. 
Esta época nunca es sencilla -al menos para mí nunca lo fue- y eso que soy de las que se quedan más que conforme con un empate -siempre fui gasolera en los deseos, je-.

Sin embargo, cuando empieza la fiebre de los informes y una es arrastrada a "sopesar logros" quedan cosas en el tintero ¿o debo decir en el disco rígido? que ni siquiera estaban en el radar cuando se pensaron las resoluciones del año anterior -en lo personal especialmente-.

No se bien por qué, pero cuando arranco con lo laboral siempre termino evadiéndome hacia el plano personal y por culpa de ser una "procastinadora contumaz" me empantano pensando cosas que poco o nada tienen que ver con lo que tengo que informar. 

Es decir que por vaga, termino enroscada en unos laberintos reflexivos que me frustan, mejor dicho, me enojan bastante.  Y enojada no soy muy productiva,  por eso es que termino paralizada echándole la culpa al fin de año. Y por lo anterior, no sólo no hago lo que tengo que hacer sino que además me amargo por cosas que ni siquiera pensaba me iban a preocupar! 

Pero no todo es oscuridad y como soy una mujer optimista (o cándida) aunque me derrita el calor y me coman los mosquitos, el verano está cerca y las vacaciones también, por eso puedo posponer los balances para cuando esté tirada en una reposera frente al mar, que allí seguro seguro no me voy a enroscar pensando nada, más bien todo lo contrario, me dedicaré con todas mis fuerzas a no pensar, porque en definitiva eso es lo que se espera de nosotras ¿no?



13 dic 2010

All that jazz

Sí, así y no alcanza. Es como si este final de tiempo (tomemos al año como un partido de fútbol donde el segundo semestre sería el tiempo complementario) durara más de lo debido, o no. No sé. ¿Se dieron cuenta? Está terminando el tiempo de juego y yo nunca sé nada. No sé y lo peor es que no quiero saber tampoco.

8 dic 2010

Hit me, if you can

Y sí che, si querés pegarme, pegá, de ahí a que des en el blanco que se yo... o mejor dicho: yo que sé! 
Es que si alguno me hubiera avisado que la cuarta década iba a llegar pletórica de conflictos laborales, te juro, yo la hubiese esquivado. 

Es que me cansa un poco tener que aguantar los tiros por elevación en guerras de las que no formo parte o acaso sólo sea un peón, porque ni a yegua llego -allí hasta los veiti pocos, después, ná-.

Hoy tuve un día de mierda -lo salvó un chapuzón en la piscina y alguna que otra sonrisa arrancada a la decepción-. 

Simple: lo empecé con la autoestima baja y lo terminé con la autoestima enterrada, y la verdad es que esta vuelta la parte estética poco o nada tuvo que ver con la sensación. 

Lo único bueno, es que me endilgan que soy "anti quejas" a mí que soy la reina del reclamo!

En el medio del despelote leer eso (todo fue bien contemporáneo y a pesar de que estamos oficinas mediante los cruces fueron cibernéticos, ja) repito, leer que yo no estoy a favor de la queja me dejó claro dos cuestiones: 
a) que debo ser una excelente actriz, porque me vivo quejando de todo pero así y todo doy "antiqueja" y b) que nunca termina uno de sorprenderse de los efectos "retóricos" que provoca en la gente.

Decí que por suerte ya llegan las vacaciones y entonces no habrá nada que un buen bronceado y un par de anteojos de sol no puedan solucionar, o al menos, ocultar! ja.


4 dic 2010

Nos vamos poniendo tecnos

Ok. Es sábado y me estoy preparando para una fiesta, no es poco. Es un cumpleaños. Me voy de joda a un cumple... de 50!!!!!!!!!!!! 
¿Cuándo me pasó esto? ¿Cuándo la vida se me pasó sin que me diera cuenta y de los cumple de 15 pasé de golpe a las fiestas de los de 50????? 

Es que ni casamientos tuve! De mis amigas -tan modernas todas- ninguna se casó, la única anticuada fui yo! Es más, si lo pienso mucho llego a la conclusión que también me casé por rebeldía...como se usaba tanto esto de "convivir" a mí se me ocurrió el casamiento, já.

Pero estaba hablando de que salía de joda a un cumple de 50 y para completar el cuadro... estoy con ataque de ciática, es que viajo toda "destartalada" y "el nervio" después me pasa factura. Pero voy a ser menos mala conmigo misma y confesar que lo del nervio ciático no es por la edad, mi primer ataque fue a los 19 años, así que tampoco me voy a flagelar gratis ¿no? demasiado con que la fiesta de esta noche ...es de 50! 

Mientras me preparo pienso: ¿que se festeja a los 50? ¿que todavía uno tiene memoria? ¿que gracias al avance de las cremas e hilos dentales todavía mastica con todos los dientes? ¿que como existen las tinturas las canas -si es que todavía se cuenta con pelos en la cabeza- no se notan? En fin, tampoco voy a aguarme un divertimento... de 50 o de 100 es una fiesta al fin, y estas ultimamente no abundan, o no me invitan..mejor no pienso, envidio. Sí,  envidio con todas las vísceras el espíritu joven de este amigo que ha decidido festejar sus 50 y lo que no es menor, invitarme! 

Gracias che, y felíz cumple!