Me cuesta confesarlo, pero este otoño me agarró desapasionada...
No es que haya dejado de exagerar, o que ponga menos vehemencia en mis afirmaciones, nada de eso.
Estoy como marchita - no es que tenga que exudar rosagancia, ya estoy mayorcita- pero creo que para la "marchitud" todavía me falta un rato.
No sé, tal vez sea por eso la preocupación: ¿habré empezado a marchitarme?
Yo sé que nunca sé nada.
A eso lo tengo claro, pero esto de estar apagadita no me gusta, y lo más grave del asunto es que no estoy triste, o amarga, o malhumorada -como es mi costumbre principal y la habilidad mejor desarrollada de mi personalidad-.
Estoy tan despasionada que ni para el malhumor me da.
¿Serán las hormonas?
En una de esas a los 42 a las muy perras se les da por robarte la pasión y como a las mujeres nos pasa de todo no me extrañaría...
De acá me voy derecho a la Para Tí para ver si en algún tomo encuentro alguna referencia bibliográfica respecto de este asunto y si no, de ahí a la Glamour, o la Vogue, porque estaré despasionada, pero fashion sigo fashion y seguro que si miro las nuevas colecciones otoño-invierno, aunque no me garantizo reapasionarme al menos voy a encontrar con qué entretenerme ¿no?
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