4 abr 2010

soy tan básica.

y sí, tengo que asumirlo, soy básica. Básica de instinto. Instintivamente básica. No puedo con mi genio. Quisiera ser superada, pero no..ni arrimo, básica es mi nombre, mi apellido y mi sobrenombre.
¿Por qué básica? ¿Qué es ser básica?
Esto, escribir con las tripas, no poder acallar el impulso y hacer caso omiso a esa vocecita un poco melosa, un poco chillona que me dice...paciencia.
No puedo. No quiero. No sé y tampoco quiero aprender. No puedo separar la mente de la sensación, no me gusta tampoco.
Soy visceral, esa es la palabra. Básica y visceral.
El instinto que tiñe todo e impide la cortesía, pero también impide que la quemazón del dolor, ese dolorcito incómodo que queda producto de las coces que uno da contra paredes que ni siquiera imaginaba que existían, se vaya para recordarnos que siendo básica y visceral no se puede remontar más allá de 2 cm del suelo que pisamos.
Sí, eso es lo máximo que alguien básica como yo puede remontar, ya que las alturas nos están vedadas, no somos etéreas, ni evanescentes como princesas de cuentos de hadas, somos mujeres básicas, que nos hacemos cargo de nuestros deseos, que nos reímos de nuestros temores, pero que tenemos claro que los tenemos y sin embargo ni nos resignamos ni tampoco morimos en el intento.
En síntesis, las chicas básicas, puede que no seamos tan bonitas como las etéreas o evanescentes, pero somos más fiables...sabemos que no tenemos claro que es lo que queremos y lo decimos, sabemos que no es posible alcanzar la satisfacción plena pero la buscamos, sabemos que los hombres perfectos no existen pero lo exigimos y, lo mejor de todo, sabemos que la inteligencia no paga pero igual la cultivamos, de tercas nomás. Por suerte las básicas le andamos pisando los talones a las etéreas y si no las alcanzamos es todo culpa de la industria de la alta moda...jajajaja.

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