15 ago 2010

Suéltame pasado

Y sí. El pasado se resiste a desaparecer y sus rastros me acosan desde los lugares más insólitos: Benny Hill en la tele y Talking Heads sonando a más no poder. Toda la parafernalia de las últimas décadas: ropas, ritmos y peinados se instala de golpe en cuestión de segundos en el living de mi casa. Ah, una amiga de la facu - 20 años por lo menos sin noticias- en el "Feisbuc" también colabora.
Faltan el Chavo del 8, la Billiken y Los Hombrecitos de Jo y el titular sería: "mujer adulta muere aplastada por la incapacidad de manipular un baul demasiado pesado."
En fin, son cosas que pasan, especialmente los domingos.
Sí, adivinaron, hoy es domingo y yo estoy tratando con todas mis fuerzas de acomodar el descalabro que producen estas irrupciones temporales en mi cotidianeidad.
No sé, pero el asalto del pasado cuando no lo busco me incomoda; a diferencia, por ejemplo, de la nostalgia que me gusta. Sí, la nostalgia es un estado al que llego de manera paulatina. Suavemente voy aterrizando en aquellos pasajes del pasado que me son caros. Puedo manejar y manipular a mi antojo las sensaciones -e incluso- regar con un par de lagrimillas bien dosificadas ese territorio alejado pero entrañable construido con los mejores retazos de la añoranza.
Pero a esto, la interrupción del ahora por el recuerdo entrometido y maleducado que no pide permiso para entrar, no lo soporto.
Seré intolerante, pero yo quiero ser la jefa de mi recordar, no me interesa que vengan de visita sin anunciarse esas cosas que están guardadas y archivadas, porque además tienen la costumbre de ser vocingleras y gregarias y traen consigo a toda la parentela y entonces no termino nunca de espantarlas, ni siquiera con la escoba detrás de la puerta.
Y entonces ese estado caótico y por ende incómodo que me obliga a repasar, a hacer balances, en definitiva a preguntarme por el ahora me angustia. Y a mí, la angustia no me gusta, porque angustiada hago cosas que mejor no recordar, y así firmo la sentencia de un futuro condenado a repetirse por culpa de un pasado encaprichado en regresar una y otra vez -me parece que el silogismo era al revés, pero no me importa-.
Por eso, como dicen los maestros "Suéltame pasado" dejame ser y lo que es mejor hacer, porque otro domingo así no me lo banco, especialmente por la envidia que me da que mañana en la Argentina sea feriado y acá no, un bajón.

1 comentario:

la bloggera dijo...

Excelente, además 100% identificada